17 de enero de 2005

Objetos de ojos rojos

Temibles son sin duda los objetos de ojos rojos e imperfectos los medios para combatirlos. El manual de una cámara dice acerca de la reducción del fenómeno de ojos rojos:

La proporción de reducción del fenómeno de ojos rojos variará según cada objeto. Además, la distancia al objeto y el hecho de que el objeto haya visto o no la luz podrá también reducir la efectividad del proceso de reducción del fenómeno de ojos rojos.

Esperemos que en el futuro estén disponible formas más robustas de eliminar el fenómeno. Tal vez debamos pensar, si no es posible eleminar la rojez de sus ojos, en eliminar a los objetos mismos.1

1Escrito por Omar Antolín Camarena.

11 de enero de 2005

¿A ocho patas? Pues, ¿cómo es eso?

Primero que nada a usar el word, ah sí, un momentico ahora regreso...

Esto va a ocho patas, que andan de a pares, a veces cuatro a veces seis y otras ocho, en ocasiones inclusive sólo dos. Y así se aprestan y se acercan a vaciar lo que traen encima (y a veces debajo; depende por dónde anden). ¿Podrá seguir cada par de patas alguna vía?
Sólo lo sabremos después, pues los principios son difíciles y ahorita ni idea.

P. D. ¡¡¡Bendito word!!! Al menos me salvé de las correciones de voz.1

1Escrito por José Luis López López.

Monarquía constitucional en la granja

En un reino muy lejano un noble rey tuvo dos hijos. El mayor, heredero de la corona, no satisfacía a su padre: era vagabundo y jugador. El menor, idolatrando a su hermano, hacía lo mismo.

Un día el rey dijo a su esposa: "De mis dos hijos no se hace uno; si así fuera a cada uno le heredaría medio reino. Necesitamos conseguir un perro. Tal vez baste con un puerco. Entre todos tendré un heredero."

No sobrevivió la noche. La reina fue muy querida por su pueblo y a su muerte se formó un gran parlamento que gobernó durante varios siglos en paz. En cada momento al menos uno de los miembros era un animal de granja.1

1Escrito por Omar Antolín Camarena.

¡Ay título, cómo fastidian éstos!

No sé qué poner, ...escribir no es mi fuerte... ¡ups, tampoco hablar!...¡uy, tampoco pensar!... ¡híjole!, y ¿vivir?. Bueno, eso lo hago más o menos: cuando uno parece una planta, eso no es tan fácil.... la verdad creo que soy una planta...¡ay, no me había fijado! ...arg..... Estoy soñando...
un cuate una vez se creyó oreja o ¿era una oreja cuata que se creyó mi cuate?... ¡¿Ay dios, qué me tomé?!1

1Escrito por Paola de Gante Cruz.

Desayuno anunciado de una crónica

Hoy los tamales me hablaron...