...Mi ecuanimidad —igual, alma; mi alma se encuentra equilibrada, igual— a veces me perturba... Sin embargo, mi alma vuelve a su equilibrio como aquellas personas huevos de juguete que tenía de niño.
Después de las tinieblas de la locura, del vértigo de todas las mañanas sobre la taza de baño, del pánico al ver en la televisión a La Vaca y Pollito, de la angustia de poder matar a mis seres queridos, del temor inmenso a que mis propios pensamientos fueran escuchados como desde un altavoz de la dirección de la escuela... Mi ecuanimidad.
2 comentarios:
Muchas veces, por la mañana, estoy segura que perdí la locura en alguna parte de la almohada. Pero no lo digo, porque no me creerían.
Hey, esta entrada no la conocía, cómo es posible. Me encantó lo de "personas huevo de juguete".
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