Mi especialidad es la biopotamología, la vida, de cualquier tipo, en los ríos. He viajado por todo el mundo y he hecho descubrimientos zoológicos, algunos sin apoyo, otros con apoyo (de algunas fundaciones, como WWF, que definitivamente tuvo que ver con el descubrimiento del interesantísimo arctopótamo).
Antes que nada, quisiera hablar del porqué me interesé tanto en la vida, animal sobre todo, en los ríos. Mi infancia, como muchos teeneks, la pasé cerca de un río, el Pánuco, el cual siempre me pareció fascinante por su caudal tan vigoroso y sus extraordinarios animales. Ahí vi mi primer críptido, el laab pay'loom te', o elafopótamo, como lo llamo ahora.
La criptozoología es como los teeneks: pobre, sin interés, poco exigente y dócil; somos distintos a los ejeks: exigentes, interesantes, ricos; todo como desde el comienzo: criptozoólogos frente a zoólogos, agricultores frente a criadores, teeneks frente a ejeks, baatsik' frente a teeneks.
Por supuesto, el primer biopótamo del que hablaré será el elafopótamo, o ciervo de río, en teenek, laab pay'loom te', árbol padrino. Nosotros los teeneks atribuimos a este animal el papel de cuidar al niño después de que éste acaba de nacer; la vida del niño depende de la robustez de su árbol padrino.
El elafopótamo en realidad no pertenece a la familia Cervidae, ya que es carnívoro además de herbívoro: se alimenta de pintontles moribundos, caracoles, bagres enfermos y de plantas ribereñas; pocas veces sale del agua, y se alimenta durante la noche: es un baatsik' protector de lo salvaje, del inframundo. El elafopótamo suele revolcarse en el lodo de zonas poco profundas o en marismas: es sucio como los teeneks. Su cornamenta es intrincada, desordenada, con una envergadura de hasta dos metros, cubierta por un terciopelo. Tiene una altura de dos metros y medio, dos metros diez hasta la cruz y pesa entre 550 y 730 kg. Su pelo es áspero de color pardo rojizo; tiene una melena de pelo hirsuto y más oscuro que el resto del pelo, incluso llega a ser negro. El laab pay'loom te' es de los primeros, los baatsik', los temorosos del sol, y nosotros los kwitol, los niños, los sin razón.
En el sur de Vietnam, a unas cuantas horas de Can Tho, a lo largo del río Mekong, se extiende un vasto territorio muy poco explorado debido a su difícil acceso. En el río Mekong habita el Cửu Long, o el arctopótamo como yo lo llamo y que quizás debería llamar artopótamo. El arctopótamo, u oso de río, es un mamífero herbívoro de color rojo óxido, cola larga y rayada: podría estar emparentado con el panda rojo, es decir, podría pertenecer a la familia (Ailuridae) de los elúridos; sin embargo, presenta dos grandes diferencias con el panda rojo: su tamaño: llegan a medir hasta dos metros y medio de largo, y sus patas, que son más largas y desarrolladas, posiblemente adaptadas para nadar largas distancias en el difícilmente navegable Mekong, en vietnamita, Cửu Long Giang, río de los nueve dragones, seres paradójicamente baatsik' y de luz y fuego.
El coracopótamo, o cuervo de río, se encuentra en el río Podkamennaya, en Rusia. Debido a que no hay reportes de dicha ave sino a partir del acontecimiento de Tunguska, explosión termonuclear aérea debida posiblemente a un meteorito, es posible que el coracopótamo sea una mutación de algún córvido de la regíon, tal vez el corvus corax. Su plumaje es todo negro con brillos púrpuras, verdes y azules; su pico y patas también son negros. Se alimentan de pequeños peces, en el río, y de carroña, en tierra. Llegan a medir, de pie, pues en tierra andan como pingüinos, hasta 110 cm. Son bastante agresivos y andan en pequeñas parbadas (aunque no vuelan) de hasta diez miembros. En ocasiones se atacan entre ellos hasta llegar al canibalismo.
Finalmente voy a hablar de mis tres últimos y más fascinantes descubrimientos en el río Cuando, en la frontera de Zambia, Angola y Namibia: los teratopótamos: el egopótamo y el sipótamo, y el hepótamo, el alopótamo, el antropopótamo.
Me encontraba ya cerca de la frontera tripartita cuando el Cuando comenzó a ponerse cenagoso y a transformarse en un laberinto de pequeños pantanos; muy pronto, árboles gigantescos, negros y cubiertos por bejucos atiborraron el laberinto del Cuando de manera que poca luz llegaba hasta el curso del río. Mi canoa andaba lenta; llegó a detenerse varias veces, veces en las que el cieno llegaba a burbujear, a toser y expectorar flemas. La última ocasión que se detuvo traté de hacerla avanzar pero tuve que desembarcar: mi remo se había atascado en aquel cieno flemático. De pronto, me hundí; todo estaba borroso, turbio, viscoso, pesado; empecé a andar sobre el fondo del río, a cuatro patas, mientras pensaba en Ti; Yo Te hablaba en baatsik', y Te preguntaba quién era Él; en baatsik' siempre Me contestabas; Te reconocí muchas veces y otras no; Él siempre estaba ahí, presente, tan lleno de luz y enceguecedor. Finalmente supe quién era: Teenek.1
© Enrique Ruiz Hernández
1El relato completo aparece, con varios cambios, en Neftis Amonet y otros relatos.
Antes que nada, quisiera hablar del porqué me interesé tanto en la vida, animal sobre todo, en los ríos. Mi infancia, como muchos teeneks, la pasé cerca de un río, el Pánuco, el cual siempre me pareció fascinante por su caudal tan vigoroso y sus extraordinarios animales. Ahí vi mi primer críptido, el laab pay'loom te', o elafopótamo, como lo llamo ahora.
La criptozoología es como los teeneks: pobre, sin interés, poco exigente y dócil; somos distintos a los ejeks: exigentes, interesantes, ricos; todo como desde el comienzo: criptozoólogos frente a zoólogos, agricultores frente a criadores, teeneks frente a ejeks, baatsik' frente a teeneks.
Por supuesto, el primer biopótamo del que hablaré será el elafopótamo, o ciervo de río, en teenek, laab pay'loom te', árbol padrino. Nosotros los teeneks atribuimos a este animal el papel de cuidar al niño después de que éste acaba de nacer; la vida del niño depende de la robustez de su árbol padrino.
El elafopótamo en realidad no pertenece a la familia Cervidae, ya que es carnívoro además de herbívoro: se alimenta de pintontles moribundos, caracoles, bagres enfermos y de plantas ribereñas; pocas veces sale del agua, y se alimenta durante la noche: es un baatsik' protector de lo salvaje, del inframundo. El elafopótamo suele revolcarse en el lodo de zonas poco profundas o en marismas: es sucio como los teeneks. Su cornamenta es intrincada, desordenada, con una envergadura de hasta dos metros, cubierta por un terciopelo. Tiene una altura de dos metros y medio, dos metros diez hasta la cruz y pesa entre 550 y 730 kg. Su pelo es áspero de color pardo rojizo; tiene una melena de pelo hirsuto y más oscuro que el resto del pelo, incluso llega a ser negro. El laab pay'loom te' es de los primeros, los baatsik', los temorosos del sol, y nosotros los kwitol, los niños, los sin razón.
En el sur de Vietnam, a unas cuantas horas de Can Tho, a lo largo del río Mekong, se extiende un vasto territorio muy poco explorado debido a su difícil acceso. En el río Mekong habita el Cửu Long, o el arctopótamo como yo lo llamo y que quizás debería llamar artopótamo. El arctopótamo, u oso de río, es un mamífero herbívoro de color rojo óxido, cola larga y rayada: podría estar emparentado con el panda rojo, es decir, podría pertenecer a la familia (Ailuridae) de los elúridos; sin embargo, presenta dos grandes diferencias con el panda rojo: su tamaño: llegan a medir hasta dos metros y medio de largo, y sus patas, que son más largas y desarrolladas, posiblemente adaptadas para nadar largas distancias en el difícilmente navegable Mekong, en vietnamita, Cửu Long Giang, río de los nueve dragones, seres paradójicamente baatsik' y de luz y fuego.
El coracopótamo, o cuervo de río, se encuentra en el río Podkamennaya, en Rusia. Debido a que no hay reportes de dicha ave sino a partir del acontecimiento de Tunguska, explosión termonuclear aérea debida posiblemente a un meteorito, es posible que el coracopótamo sea una mutación de algún córvido de la regíon, tal vez el corvus corax. Su plumaje es todo negro con brillos púrpuras, verdes y azules; su pico y patas también son negros. Se alimentan de pequeños peces, en el río, y de carroña, en tierra. Llegan a medir, de pie, pues en tierra andan como pingüinos, hasta 110 cm. Son bastante agresivos y andan en pequeñas parbadas (aunque no vuelan) de hasta diez miembros. En ocasiones se atacan entre ellos hasta llegar al canibalismo.
Finalmente voy a hablar de mis tres últimos y más fascinantes descubrimientos en el río Cuando, en la frontera de Zambia, Angola y Namibia: los teratopótamos: el egopótamo y el sipótamo, y el hepótamo, el alopótamo, el antropopótamo.
Me encontraba ya cerca de la frontera tripartita cuando el Cuando comenzó a ponerse cenagoso y a transformarse en un laberinto de pequeños pantanos; muy pronto, árboles gigantescos, negros y cubiertos por bejucos atiborraron el laberinto del Cuando de manera que poca luz llegaba hasta el curso del río. Mi canoa andaba lenta; llegó a detenerse varias veces, veces en las que el cieno llegaba a burbujear, a toser y expectorar flemas. La última ocasión que se detuvo traté de hacerla avanzar pero tuve que desembarcar: mi remo se había atascado en aquel cieno flemático. De pronto, me hundí; todo estaba borroso, turbio, viscoso, pesado; empecé a andar sobre el fondo del río, a cuatro patas, mientras pensaba en Ti; Yo Te hablaba en baatsik', y Te preguntaba quién era Él; en baatsik' siempre Me contestabas; Te reconocí muchas veces y otras no; Él siempre estaba ahí, presente, tan lleno de luz y enceguecedor. Finalmente supe quién era: Teenek.1
© Enrique Ruiz Hernández
1El relato completo aparece, con varios cambios, en Neftis Amonet y otros relatos.